Las mentiras de los que manejan el mal.

| No Comments

En las primeras páginas de todos los periódicos del mundo se puede ver la noticia de que hoy, jueves día 5 de septiembre, se reúne el G20, para entenderlo los hombres fuertes del mundo, no fuertes en el sentido de fortaleza física y tampoco de fortaleza moral pero sí esa fuerza que hace que se crean, en su sinrazón, los dueños del mundo y por ende los que pueden dar soluciones. ¿Soluciones a qué? A ponerse de acuerdo en un ataque a Siria, a ver cómo se sale en la foto lo mejor posible, a que se les enfoque hablando con Obama, a ser defensores de un capitalismo agresivo, a hacer que el resto acate lo que esos hombres decidan. ¡Qué triste! Se habla de todo menos de solidaridad, de ayuda a los necesitados, de acabar con el hambre en el mundo, de lanzar mensajes en pro de un  mundo más igualitario. De estos temas no interesa hablar porque se defiende la prepotencia de los que más tienen, se atrincheran en defender a esos que mueven los hilos de esta farsa insolidaria.

El número uno de esos veinte, Barack Obama, dice: "No fui yo quien trazó la línea roja, fue el mundo; no es mi credibilidad la que está en juego, es la de la comunidad internacional". Pero a quién quiere engañar este hombre malo, a mí, por supuesto, no me engaña y le digo, aunque él nunca se va a enterar, entre otras razones porque está ubicado en otra dimensión y en el bando que siempre está sordo ante lo que dice la mayoría. Es usted el que ha cruzado la línea roja, amedrentado con sus buques de guerra, con sus aviones que borran todo atisbo de vida cuando entran en acción. Esa es la línea roja que se ha traspasado. ¿Por qué se cree el justiciero? Ha sido un Llanero Solitario, en el papel de malvado, que intenta obtener ayuda a toda costa, intentando sumar a su cruzada de sangre incluso a la oposición y ese no es el mundo que cita en sus manifestaciones. ¿Por qué no tiene en cuenta el clamor popular? ¿Por qué no se hace un esfuerzo en solucionarlo con el diálogo? ¿Por qué en otras situaciones de injusticia no se actúa? La Comunidad Internacional no son los máximos mandatarios de Estados Unidos, Francia y Turquía. La Comunidad Internacional es otra cosa señor Obama.

Otro esperpento lo tenemos en Jean-Marc Ayrault, el primer ministro francés, exhortando y llamando, desde la tribuna, con total insensibilidad y siguiendo los dictados de la violencia, al resto de partidos a una unidad nacional. Yo me pregunto si hay que llamar a la unidad nacional, al patriotismo descerebrado, para que se utilice la violencia contra un pueblo que sufre la violencia desde hace ya mucho tiempo. Evidentemente ese PUEBLO, el sirio, no es su pueblo, es un pueblo que a estos adoradores de la imprudencia, del conflicto, del interés económico le importa muy poco porque si los OTROS pueblos les interesasen de verdad ya no habría hambre y sed en otros lugares del planeta, ya no habría niños de barriguitas hinchadas por vuestra soberbia y desinterés, ya no habría mujeres y hombres asesinados, simplemente, por defender la igualdad y la libertad y es que esa LIBERTAD, esa SOLIDARIDAD, ese COMPROMISO con los que les necesitan, a ustedes, hombres insensibles, no les importa lo más mínimo.

 

 

 

Malala Yousafzai

| No Comments

En ocasiones una noticia nos impacta, entre otras razones, porque nos parece algo surrealista, algo que no podemos creernos que suceda en pleno siglo XXI pero, volvemos a la triste e injusta realidad, y es que determinados partidos políticos, sean de la orientación que sean, o anacrónicos fanáticos religiosos intentan amedrentar a la población, a parte de ella o a seres humanos concretos para que abandonen sus solidarios propósitos,  algo muy típico en dictadores, gobiernos y creencias religiosas fanáticas y cavernarias, para que dejen de defender algo justo y provechoso para  el resto de la sociedad. Estos días hemos podido leer en la prensa que Malala Yousafzai, una niña paquistaní de catorce años, ha recibido un tiro en la cabeza, por el brazo ejecutor de los descerebrados talibanes, por defender el derecho de las niñas a estudiar. También podemos leer que se trata de una chica que no lleva a cabo un hecho espontáneo sino que tiene una trayectoria, a pesar de su corta edad, pues ya en el año 2009 la BBC en urdu, esta es una lengua que se habla en India y Pakistán, empezó a publicar su diario en el que se podían leer cosas tan impactantes como: "Cuando hacemos fila en el patio por la mañana nos han dicho que no llevemos ropa de colores porque podría molestar a los talibanes". También nos manifiesta, en otra ocasión: "Escondíamos los libros bajo el chal".

Todo el que lucha por conseguir que se imponga la justicia social, la solidaridad, la igualdad de oportunidades, el terminar con abusos, el denunciar la corrupción, el querer una sociedad en que la educación sea el soporte de los cambios...merece ser tenido en cuenta o al menos escuchado.  Cuando te sumerges en ese compromiso no sabes lo que puede suceder porque nadie piensa que el  bien más preciado está en juego, simplemente un impulso solidario, y de convencimiento personal, te lleva a luchar por unos ideales que el opresor, el dictador, el que (mal)gobierna, el sectarista o el fanático ven con malos ojos porque su insolidario bienestar se ve peligrar y en ese momento actúa y pone en marcha su estrategia de acallamiento, opresión y, en muchos casos, exterminio. Es muy diferente denunciar y luchar contra la opresión según te encuentres en un entorno en el que se tiene libertad para ello o en otro en el que no la tienes y ejemplos al respecto tenemos en demasía. En este último caso nos encontramos con la valentía de Malala Yousafzai, la víctima del fanatismo talibán, que a manos de un cobarde pistolero ha recibido un tiro en la cabeza, entrándole la bala por su oreja y se fue a alojar en su cuello. En un momento se le dio por muerta a esta niña, que sólo pretendía aprender y defender los derechos de las niñas a estudiar. Yo, en este y en otros miles de casos, me pregunto cómo es posible que enanos mentales, sean de derechas o de izquierdas, logren votos o se eternicen, por la fuerza, en el poder sin que se pueda hacer nada al respecto. ¿Cómo se puede resistir este tipo de represión? ¿Cómo es posible que seres humanos acostumbrados a pensar y escribir libremente tengan que callar hasta el final de sus días? ¿Cómo se puede plegar todo un pueblo, un país a los deseos de sátrapas descerebrados? A todas estas preguntas terminas encontrando las respuestas. El ser humano, en ocasiones, se ve obligado a acatar el poder del poderoso, entre otras razones, por miedo a perder el valor más preciado, por temor a ser violentado, a ser humillado, a ser encerrado, a ser violado, o por ver como un semejante sangra en la calle por un golpe que quiere acallarle...pero siempre te encuentras a heroínas o héroes que ofrecen todo lo que consideran necesario por defender lo que piensan que es lo justo. Por todo ello mi reconocimiento, mi apoyo, mi respeto, mi admiración a todos los seres humanos que han dado sus vidas por un mundo mejor, por los que sufren torturas y privación de la libertad en cualquier parte del mundo y, en esta ocasión, fundamentalmente por Malala Yousafzai y para que pueda conseguir su deseo de lograr una sociedad más justa y estudiar leyes para dedicarse a la política. Seguro que logrará, porque parece que ha vencido al viaje no deseado, hacer magisterio con su futuro trabajo y podrá brindarse a darse al bien común y a la mejora de la condición de la mujer en su país y en otros lugares del planeta que le tomarán como ejemplo a imitar y abrazar su justa lucha.

 

Política, políticos y democracia.

| No Comments

Hoy en día la mayoría de la población está descontenta con la clase política, harta de sus desmanes, de sus discursos vacios, indignada con esos sueldos alejados, a años luz, del resto de la población, de sus prebendas, de sus malas gestiones, de los casos de corrupción, de su defensa, a ultranza, de los intereses personales y de partido por arriba de los que defienden ciudadanos y ciudadanas, de sufrir, hasta sangrar, las decisiones que toman en contra de los intereses del pueblo y de dar la mano al todopoderoso. Los errores de los políticos y de la banca no los puede pagar el pueblo sin más porque esas deudas odiosas las tienen que afrontar los causantes de las mismas.

         Está claro y demostrado que la política está presente desde el principio de los tiempos cuando el poder lo ostentaba el más fuerte y se ejercía de forma absolutista, o lo que es lo mismo que todo el poder se encontraba en manos de una misma persona que decidía sin contar con los gobernados. Todo cambió, a favor de las clases menos favorecidas, con los principios igualitarios y de mayor justicia de la Revolución Francesa. Con posterioridad a aquellas fechas han ido apareciendo multitud de definiciones de política que tienden a expresarla, en general, como el ejercicio del poder. Nos encontramos con definiciones que están muy presentes en nuestro actual sistema político, como por ejemplo la del francés Maurice Duverger que la interpreta como la "lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores usarían en su provecho".

 Yo defiendo, y estoy convencido que es la más adecuada, aquella definición de política que enfatiza el sentido ético de la misma, es decir, utilizar el poder público para trabajar de forma provechosa para la totalidad. Yo no entiendo aquella política, como otros definen, como la que pone en práctica un gobierno que utiliza la coerción o la amenaza para lograr sus fines que, no necesariamente, son los del pueblo al que representan. Esta definición estaría en contra del principio fundamental de hacer política cual es el bien común, el bienestar de todos los ciudadanos y ciudadanas, en la medida de lo posible. Lo imperioso es el bien social y luego están las deudas y no al revés. No se puede esclavizar a un pueblo por mor de intereses de la banca o de los partidos que nos han llevado al caos. Serán ellos los que deban afrontar las consecuencias de sus despilfarros y de su mal gobierno porque fueron elegidos, por el resto de la ciudadanía, para representar nuestros intereses y no los suyos o los del poder del dinero.

Es necesario ahondar en lo que es la democracia y en tal sentido hay que saber que la democracia es una forma de organización del Estado en la que las decisiones colectivas son adoptadas por la ciudadanía mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes políticos. En sentido más amplio la democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales. La democracia puede ser directa, es decir, cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo. En otras ocasiones puede darse la democracia indirecta o representativa que es cuando la decisión es adoptada por los representantes elegidos por el pueblo. Otro tipo de democracia sería la democracia participativa que se aplica al modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios o  consulta en la que se somete una propuesta a votación para que los ciudadanos se manifiesten en contra o a favor. En el caso que nos ocupa actualmente, y viendo el malestar general en contra de la clase, nunca mejor dicho, política la solución es poner en práctica la democracia participativa porque así es la demanda que se escucha en las calles o en los muchísimos hogares que están pagando, muy caro, los errores y despilfarros de los que malgobiernan. La clase política debe dar un paso adelante y entrar en un debate, a fondo, sobre las razones que llevan a ciudadanos y ciudadanas a decir BASTA YA. Deben empezar a escucharse los buenos ejemplos pero, de momento, todo queda en un apoyo, desde la distancia, o en un necesario cambio que no se lleva a efecto. Las diferencias entre la clase política, alejada de la realidad y viviendo sin sufrir la crisis que nos asfixia, y el resto de la ciudadanía deben acabar y se debe comenzar, entre otras cuestiones, por hacer una revisión de sus ganancias, de sus patrimonios, de sus errores, de sus malas actuaciones que no deben ser olvidadas por la justicia. Ese debe ser el comienzo del fin de esta sinrazón que nos aplasta, de la creencia que son ilegítimas las acciones y medidas, así como los insensibles recortes, que lleva a cabo la clase política sin tener en cuenta el daño que suponen, que  nos hace gritar y expresarnos, que nos hace sangrar, que nos hace ser portada de periódicos en todo el mundo, que nos humilla, que nos indigna y que nos hace muy sensibles ante las injusticias que se están cometiendo, sobre todo, con las clases menos favorecidas.

¿Quiénes tienen la culpa?

| No Comments

¿Quiénes tienen la culpa de la caótica situación actual? La respuesta es clara y rotunda porque en primer lugar es la clase dirigente la que debe asumir los errores que nos han llevado a sufrir esta agobiante e injusta crisis. Los compañeros indignados griegos denuncian, como es lógico, que los que tienen que pagar con la deuda son la clase política y los banqueros y tienen toda la razón. La clase dirigente debe asumir y, por ende, dar respuesta y soluciones a lo que ahora están pagando los griegos, sin ser los causantes y sin quererlo.

En nuestro entorno más inmediato las pretensiones de la banca de amasar dinero sin tener en cuenta las consecuencias que supondría dar aval a cualquiera que lo pidiera para llevar a cabo una labor, en principio, de fácil enriquecimiento de muchos que se lanzaron a aprovecharse del fenómeno inmobiliario también merece que se planteen dar respuesta a tanto despilfarro y a tanto deseo de crecimiento sin límite y sin vistas de futuro. Por una parte la clase política, en primer lugar, y por otro la irresponsabilidad de la banca, nos han llevado a pagar sus errores y sus deseos incontrolados de poder, político y económico, y es por tanto que deben ser ellos los que paguen todos los errores que se podían haber prevenido, y evitado, porque para ello tienen profesionales cualificados para llevar a cabo esa labor.

Está visto que hay que buscar la víctima propiciatoria a la que echar las culpas y contra la que todas las miras se viren, aunque sea una sutil y rastrera estrategia de los descerebrados de turno que no tienen ni pizca de sensibilidad y se atreven a soltar por sus pecaminosas bocazas notas injustas y parciales de calificación como, por poner un ejemplo, se está haciendo en materia educativa. Se intenta echar mierda, y nunca mejor dicho, sólo contra los docentes, que tenemos parte de culpa, y se olvida que la educación es un darse la mano la administración, la familia, los docentes y los propios alumnos. La respuesta ante tanto desacierto me la dio una madre ayer. El equipo directivo me comunicó que llamara a dicha madre para comentarle que su hija no iría a una actividad, que se ofrecía al alumnado como un reconocimiento a su buen hacer, por negarse a trabajar y ni tan siquiera abrir el libro. Hace meses la madre en cuestión vino a hablar con el que esto escribe y le comentó que tenía muchos problemas con su hija porque se negaba a todo y la tenía en manos de profesionales y lo mismo me manifestó su padre, que se encontraban hartos y sin respuesta y al borde de tirar la toalla. Les indiqué que había que tener mucha calma e intentar, desde todos los frentes, ayudar a su hija pero esta no se ha dejado ayudar y mantiene esa actitud de no querer hacer nada como  muestra de rebeldía y desánimo. Se ha hablado con ella y se le ha intentado motivar pero su actitud no cambia. Los padres me han comunicado que lo han intentado también pero el resultado ha sido el mismo. ¿Se imaginan la respuesta de la madre a la decisión de no premiar a su hija? ¡No estoy muy de acuerdo con no dejar ir a la actividad a mi hija! Ese no saber actuar no es de los profesores y sí de la propia familia, amén de los cargos educativos de la administración que lanzan balones fuera, a la desesperada, ante tanto problema que se les viene arriba. La respuesta educativa es arrimar el hombro entre todos e intentar ser menos pragmáticos y más eficaces.

En un libro, mejor dicho una joya, póstumo, publicado en Las Palmas en 1927, del autor Miguel Sarmiento(1876-1926), titulado "Lo que fui", que trata de las memorias de su niñez, en el capítulo dedicado a la escuela nos dice que en las escuelas se aburría y que nunca encontró a nadie que le explicara lo que era realmente la educación, haciendo de la institución algo frustrante y nada motivador. Echó de menos el cómo estudiar y todo se quedaba en la importancia dada a la memoria y en aprender sin más, sin buscar un para qué. Sí le daba mucha importancia al papel de la familia y su motivación la buscaba cuando en casa escuchaba, en boca de sus hermanas, madre y padre las palabras de reconocimiento que le impulsaban a seguir mejorando, todo aderezado con valores que estimulaban el respeto, la tolerancia y el sacrificio que suponía alcanzar logros en la vida. Recomiendo conocer la obra de este escritor grancanario, periodista y artista plástico, y de paso compartir la necesidad de que la educación es un sumar, de todas las partes implicadas, y no de restar y echar balones fuera para que los otros intentemos hacer paradas imposibles que sólo están al alcance de los mejores metas. Desde la Administración Educativa, el profesorado, la familia y el alumnado se deben hacer esfuerzos en ir juntos de la mano y no culparse unos a otros de lo que está sucediendo y como ejemplo el caso de la madre que ilustra gran parte de este escrito. Para poder dar lo mejor de cada uno de nosotros, en primer lugar, hay que sentirse feliz y motivado y no atosigado y acosado.

¿Quiénes tienen la culpa?

| No Comments

¿Quiénes tienen la culpa de la caótica situación actual? La respuesta es clara y rotunda porque en primer lugar es la clase dirigente la que debe asumir los errores que nos han llevado a sufrir esta agobiante e injusta crisis. Los compañeros indignados griegos denuncian, como es lógico, que los que tienen que pagar con la deuda son la clase política y los banqueros y tienen toda la razón. La clase dirigente debe asumir y, por ende, dar respuesta y soluciones a lo que ahora están pagando los griegos, sin ser los causantes y sin quererlo.

En nuestro entorno más inmediato las pretensiones de la banca de amasar dinero sin tener en cuenta las consecuencias que supondría dar aval a cualquiera que lo pidiera para llevar a cabo una labor, en principio, de fácil enriquecimiento de muchos que se lanzaron a aprovecharse del fenómeno inmobiliario también merece que se planteen dar respuesta a tanto despilfarro y a tanto deseo de crecimiento sin límite y sin vistas de futuro. Por una parte la clase política, en primer lugar, y por otro la irresponsabilidad de la banca, nos han llevado a pagar sus errores y sus deseos incontrolados de poder, político y económico, y es por tanto que deben ser ellos los que paguen todos los errores que se podían haber prevenido, y evitado, porque para ello tienen profesionales cualificados para llevar a cabo esa labor.

Está visto que hay que buscar la víctima propiciatoria a la que echar las culpas y contra la que todas las miras se viren, aunque sea una sutil y rastrera estrategia de los descerebrados de turno que no tienen ni pizca de sensibilidad y se atreven a soltar por sus pecaminosas bocazas notas injustas y parciales de calificación como, por poner un ejemplo, se está haciendo en materia educativa. Se intenta echar mierda, y nunca mejor dicho, sólo contra los docentes, que tenemos parte de culpa, y se olvida que la educación es un darse la mano la administración, la familia, los docentes y los propios alumnos. La respuesta ante tanto desacierto me la dio una madre ayer. El equipo directivo me comunicó que llamara a dicha madre para comentarle que su hija no iría a una actividad, que se ofrecía al alumnado como un reconocimiento a su buen hacer, por negarse a trabajar y ni tan siquiera abrir el libro. Hace meses la madre en cuestión vino a hablar con el que esto escribe y le comentó que tenía muchos problemas con su hija porque se negaba a todo y la tenía en manos de profesionales y lo mismo me manifestó su padre, que se encontraban hartos y sin respuesta y al borde de tirar la toalla. Les indiqué que había que tener mucha calma e intentar, desde todos los frentes, ayudar a su hija pero esta no se ha dejado ayudar y mantiene esa actitud de no querer hacer nada como  muestra de rebeldía y desánimo. Se ha hablado con ella y se le ha intentado motivar pero su actitud no cambia. Los padres me han comunicado que lo han intentado también pero el resultado ha sido el mismo. ¿Se imaginan la respuesta de la madre a la decisión de no premiar a su hija? ¡No estoy muy de acuerdo con no dejar ir a la actividad a mi hija! Ese no saber actuar no es de los profesores y sí de la propia familia, amén de los cargos educativos de la administración que lanzan balones fuera, a la desesperada, ante tanto problema que se les viene arriba. La respuesta educativa es arrimar el hombro entre todos e intentar ser menos pragmáticos y más eficaces.

En un libro, mejor dicho una joya, póstumo, publicado en Las Palmas en 1927, del autor Miguel Sarmiento(1876-1926), titulado "Lo que fui", que trata de las memorias de su niñez, en el capítulo dedicado a la escuela nos dice que en las escuelas se aburría y que nunca encontró a nadie que le explicara lo que era realmente la educación, haciendo de la institución algo frustrante y nada motivador. Echó de menos el cómo estudiar y todo se quedaba en la importancia dada a la memoria y en aprender sin más, sin buscar un para qué. Sí le daba mucha importancia al papel de la familia y su motivación la buscaba cuando en casa escuchaba, en boca de sus hermanas, madre y padre las palabras de reconocimiento que le impulsaban a seguir mejorando, todo aderezado con valores que estimulaban el respeto, la tolerancia y el sacrificio que suponía alcanzar logros en la vida. Recomiendo conocer la obra de este escritor grancanario, periodista y artista plástico, y de paso compartir la necesidad de que la educación es un sumar, de todas las partes implicadas, y no de restar y echar balones fuera para que los otros intentemos hacer paradas imposibles que sólo están al alcance de los mejores metas. Desde la Administración Educativa, el profesorado, la familia y el alumnado se deben hacer esfuerzos en ir juntos de la mano y no culparse unos a otros de lo que está sucediendo y como ejemplo el caso de la madre que ilustra gran parte de este escrito. Para poder dar lo mejor de cada uno de nosotros, en primer lugar, hay que sentirse feliz y motivado y no atosigado y acosado.

¿Quiénes tienen la culpa?

| No Comments

¿Quiénes tienen la culpa de la caótica situación actual? La respuesta es clara y rotunda porque en primer lugar es la clase dirigente la que debe asumir los errores que nos han llevado a sufrir esta agobiante e injusta crisis. Los compañeros indignados griegos denuncian, como es lógico, que los que tienen que pagar con la deuda son la clase política y los banqueros y tienen toda la razón. La clase dirigente debe asumir y, por ende, dar respuesta y soluciones a lo que ahora están pagando los griegos, sin ser los causantes y sin quererlo.

En nuestro entorno más inmediato las pretensiones de la banca de amasar dinero sin tener en cuenta las consecuencias que supondría dar aval a cualquiera que lo pidiera para llevar a cabo una labor, en principio, de fácil enriquecimiento de muchos que se lanzaron a aprovecharse del fenómeno inmobiliario también merece que se planteen dar respuesta a tanto despilfarro y a tanto deseo de crecimiento sin límite y sin vistas de futuro. Por una parte la clase política, en primer lugar, y por otro la irresponsabilidad de la banca, nos han llevado a pagar sus errores y sus deseos incontrolados de poder, político y económico, y es por tanto que deben ser ellos los que paguen todos los errores que se podían haber prevenido, y evitado, porque para ello tienen profesionales cualificados para llevar a cabo esa labor.

Está visto que hay que buscar la víctima propiciatoria a la que echar las culpas y contra la que todas las miras se viren, aunque sea una sutil y rastrera estrategia de los descerebrados de turno que no tienen ni pizca de sensibilidad y se atreven a soltar por sus pecaminosas bocazas notas injustas y parciales de calificación como, por poner un ejemplo, se está haciendo en materia educativa. Se intenta echar mierda, y nunca mejor dicho, sólo contra los docentes, que tenemos parte de culpa, y se olvida que la educación es un darse la mano la administración, la familia, los docentes y los propios alumnos. La respuesta ante tanto desacierto me la dio una madre ayer. El equipo directivo me comunicó que llamara a dicha madre para comentarle que su hija no iría a una actividad, que se ofrecía al alumnado como un reconocimiento a su buen hacer, por negarse a trabajar y ni tan siquiera abrir el libro. Hace meses la madre en cuestión vino a hablar con el que esto escribe y le comentó que tenía muchos problemas con su hija porque se negaba a todo y la tenía en manos de profesionales y lo mismo me manifestó su padre, que se encontraban hartos y sin respuesta y al borde de tirar la toalla. Les indiqué que había que tener mucha calma e intentar, desde todos los frentes, ayudar a su hija pero esta no se ha dejado ayudar y mantiene esa actitud de no querer hacer nada como  muestra de rebeldía y desánimo. Se ha hablado con ella y se le ha intentado motivar pero su actitud no cambia. Los padres me han comunicado que lo han intentado también pero el resultado ha sido el mismo. ¿Se imaginan la respuesta de la madre a la decisión de no premiar a su hija? ¡No estoy muy de acuerdo con no dejar ir a la actividad a mi hija! Ese no saber actuar no es de los profesores y sí de la propia familia, amén de los cargos educativos de la administración que lanzan balones fuera, a la desesperada, ante tanto problema que se les viene arriba. La respuesta educativa es arrimar el hombro entre todos e intentar ser menos pragmáticos y más eficaces.

En un libro, mejor dicho una joya, póstumo, publicado en Las Palmas en 1927, del autor Miguel Sarmiento(1876-1926), titulado "Lo que fui", que trata de las memorias de su niñez, en el capítulo dedicado a la escuela nos dice que en las escuelas se aburría y que nunca encontró a nadie que le explicara lo que era realmente la educación, haciendo de la institución algo frustrante y nada motivador. Echó de menos el cómo estudiar y todo se quedaba en la importancia dada a la memoria y en aprender sin más, sin buscar un para qué. Sí le daba mucha importancia al papel de la familia y su motivación la buscaba cuando en casa escuchaba, en boca de sus hermanas, madre y padre las palabras de reconocimiento que le impulsaban a seguir mejorando, todo aderezado con valores que estimulaban el respeto, la tolerancia y el sacrificio que suponía alcanzar logros en la vida. Recomiendo conocer la obra de este escritor grancanario, periodista y artista plástico, y de paso compartir la necesidad de que la educación es un sumar, de todas las partes implicadas, y no de restar y echar balones fuera para que los otros intentemos hacer paradas imposibles que sólo están al alcance de los mejores metas. Desde la Administración Educativa, el profesorado, la familia y el alumnado se deben hacer esfuerzos en ir juntos de la mano y no culparse unos a otros de lo que está sucediendo y como ejemplo el caso de la madre que ilustra gran parte de este escrito. Para poder dar lo mejor de cada uno de nosotros, en primer lugar, hay que sentirse feliz y motivado y no atosigado y acosado.

| No Comments

Adam Hochschild, Vargas Llosa y el Congo Belga: Historia de unas atrocidades que escandalizan.

| No Comments

De repente y sin proponérmelo me encuentro con un libro, que jugaba al escondite en mi biblioteca, uno de los muchos que esperaba que le dedicara una lectura acorde al trabajo con el que fue elaborado. Hasta aquí parece que todo normal porque en muchas bibliotecas suceden esos hechos de despiste, olvido o simplemente que en su momento compraste, por diversos motivos. En esta ocasión la respuesta es que el tema del continente africano me llama poderosamente la atención y me incita a exponer lo que se me viene a la cabeza para, al menos, no me asalte el sentimiento de ocultamiento y poder expresar lo que personalmente pienso.

 

Para empezar hemos de irnos a un artículo de Mario Vargas Llosa, publicado en El País el día 28 de diciembre del año 2008, titulado La aventura colonial, se podía leer una denuncia de las atrocidades cometidas, entre otros, por la administración belga, al servicio del rey Leopoldo II. Se citan los atropellos y los asesinatos en masa de la población del Congo a manos de los colonialistas belgas. Se escribe sobre los europeos que se embarcan en la conquista de América aunque a aquellos parece ser que les amparaba la justificación religiosa y moral de unos hechos frente a la inmoralidad llevada a cabo en el Congo cuando los dos hechos son igual de inmorales. Evidentemente se trata de unos hechos que hay que situar en el tiempo histórico pero ello no nos puede hacer obviar el exterminio y los abusos cometidos, a base de cruz y espada.

 

Volviendo al escrito de Mario Vargas Llosa, La aventura colonial, también se nos habla de Hitler, que en su obra Mi lucha hizo relación a colonias para instalar los excedentes demográficos del pueblo alemán, a imitación de lo que habían hecho otras potencias europeas en el pasado. Pasa a una crítica feroz, muy merecida, contra de Leopoldo II de Bélgica, en la que nos explica el regalo que se hizo al mencionado monarca por parte de catorce países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia, en el mes de febrero del año 1885, del territorio del Congo, un país ochenta veces mayor que la metrópoli belga, según escribe el autor del artículo. Aquella concesión se hizo para que "abriera ese territorio al comercio, aboliera la esclavitud y cristianizara a los salvajes". Este eslogan etnocéntrico, interesado y arrogante que disminuye la condición de los seres humanos era, en aquellos momentos de finales del siglo XIX, muy bien visto. Para llevar aquella barbarie a cabo Leopoldo II contrató los servicios del famoso explorador Henry Morton Stanley que con sus mesnadas recorrió y asoló aquel virgen territorio, en los años 1884 y 1885, consiguiendo que los jefes indígenas firmaran su sentencia de muerte y las de sus pueblos, sin saberlo, porque iban a perder sus tierras y su libertad. Aquella mentira fue acompañada de regalos de baratijas a los pobladores de aquellas tierras porque, a cambio, la obtención del caucho iba a llevar consigo el enriquecimiento de los intrusos que lo lograban por los medios más horrorosos, latigazos, amputaciones de manos, en el mejor de los casos, y el asesinato en masa de poblaciones enteras. Atrocidades cometidas por militares, policías y funcionarios sin escrúpulos, en contra de una población que apenas se resistió, en el continente que tanto ha sufrido por la actuación de mentes sin conciencia al servicio del poder económico. Dos hombres, Leopoldo II y Stanley, que debieran ocupar las páginas de los libros de historia más por sus atrocidades que por sus méritos, que dudo mucho que los tuvieran.

 

Sigue Vargas Llosa, en su artículo, haciendo alusión a los primeros que denunciaron aquel magnicidio de los esbirros de Leopoldo II, lo compara con el Holocausto Nazi, porque en menos de veinte años se asesinaron a más de diez millones de seres humanos en el Congo. Años antes de la mencionada publicación, en el año 2001, Vargas Llosa hizo el prólogo de un libro-denuncia sobre las atrocidades llevadas a cabo en el Congo por la administración de Leopoldo II de Bélgica, que recibió premios como el Duff Cooper en Inglaterra y también fue finalista en el Premio National Book Critics Circle de Estados Unidos. Dicho libro se titula "El fantasma del rey Leopoldo" y su autor es Adam Hochschild, un neoyorkino nacido en 1942. El prólogo de dicho libro está a cargo de Mario Vargas Llosa que escribe acerca de lo sucedido en el Congo: "A quienes creen que exagero, y al resto del mundo, ruego que lean a Nearl Ascheson o un libro más reciente, publicado en Estados Unidos el año pasado y que un feliz azar puso en mis manos, El fantasma del rey Leopoldo, de Adam Hochschild. Así tendrán una noción muy concreta y gráfica de los estragos del colonialismo y serán más comprensivos cando se escandalicen con la anarquía crónica y los galimatías políticos en que se debate buen número de repúblicas africanas.

 

En el curso de un viaje en avión, el historiador Adam Hochschil se encontró con una cita de Mark Twain en la que el autor de las Aventuras de Huckleberry Finn aseguraba que el régimen impuesto por Leopoldo II al Estado Libre del Congo había exterminado entre cinco y ocho millones de nativos. Picado por la curiosidad y cierto espanto, inició una investigación que, muchos años después, ha culminado en este notable documento sobre la crueldad y la codicia...Pero no sólo hay criminales y víctimas...Hay también, por fortuna para  la especie humana, seres que la redimen, como...Roger Casement y el belga Morel".

 

 

 

Es el 30 de octubre del año 2011 cuando podemos leer en la prensa que el escritor peruano Mario Vargas Llosa había terminado la novela que le había supuesto más de dos años de trabajo "El sueño del celta". En el mismo artículo se hacía alusión al desconocimiento de Roger Casement  en el Congo o en Perú a pesar de sus grandes éxitos pero, en mi opinión, le faltó a Vargas Llosa comentar, en la prensa, que conocía a este personaje, de entre otros posibles trabajos, desde muchos años atrás cuando prologó, y leyó, la obra El fantasma del rey Leopoldo de Adam Hochschild, en la que se escribía, y se podía ver una fotografía, de la generosidad y el trabajo solidario de Roger Casement.

 

Curiosamente en los agradecimientos de su magnífica obra El sueño del celta tampoco cita Vargas Llosa a Adam Hochschild y, en mi modesta opinión, debería haberlo mencionado porque creo que a través de esa extraordinaria obra, fundamentalmente, pudo conocer a Roger Casement, hoy ya célebre, no sólo por su lucha y hechos altruistas, sino por ser el protagonista de El sueño del celta.

 

No podemos conocer a Roger Casement sólo por su amistad con el célebre escritor polaco Joseph Conrad, autor de En el corazón de las tinieblas, que fue inspirada y ambientada en el Congo que el mismo Conrad había visitado en tiempos de Leopoldo II, o por la ya mencionada novela de Vargas Llosa sino que me parece que la obra de Adam Hochschild debe ser un referente en la denuncia de las atrocidades que se cometieron en el Congo Belga y como una puerta abierta a las personas de Casement y Morel, ambos personajes de la novela de Vargas Llosa, que denunciaron en su momento con riesgo, y con una gran valentía, lo que estaba sucediendo en el Congo del insensible y sanguinario, aunque no se manchara directamente las manos,  Leopoldo II.

 

 

Violencia NO

| No Comments

Kenule "Ken" Beeson Saro-Wiwa, conocido como Ken Saro-Wiwa, a muchos no les sonará de nada este HOMBRE, de origen nigeriano, con mayúsculas que fue ejecutado el día 10 de noviembre del año 1995. Fue ecologista, escritor, productor de televisión y activista y también fue candidato a Premio Nobel de Literatura, con lo que nos encontramos ante un ser humano sobresaliente. Fue asesinado por protestar, con métodos pacíficos, y abanderar un movimiento, el Movement for te Survival of the Ogoni People, que denunciaba una catástrofe ecológica y humana, llevada a cabo fundamentalmente por la compañía Shell y otras empresas extractoras de petróleo, desde el año 1958, en el delta del río Níger. No sólo se ha atentado contra el medio ambiente, contra la flora y la fauna del lugar, sino contra el pueblo Ogoni, al que pertenecía Ken Saro-Wiwa, que ha recibido durante tantos años el impacto insano, y asesino, de los gases y los múltiples efectos nocivos, producidos por las máquinas extractoras y por la tala indiscriminada.

Su asesinato, al que muchos vieron como principal impulsor a la empresa Shell, no fue el único y más de dos mil seres humanos han corrido la misma suerte, a los que hay que sumar el altísimo número de exiliados. Se me ha ocurrido comenzar, este escrito, con este recuerdo-denuncia-homenaje y porque los asesinatos y el exilio también han sido una constante durante casi medio centenar de años, fundamentalmente, en la sociedad española y libia.

En España ETA ha llevado a cabo una lucha armada para no lograr ninguno de sus propósitos, sembrando de muerte y terror gran parte de la Península y teniendo que abandonar su anacrónico proceder y su dictadura cuando sabía que nada tenía que hacer ante la fuerza de la legalidad. En este escrito se pretende recordar a todas esas víctimas inocentes, y por ende a todos sus familiares, que dieron sus vidas en pro de una sociedad más justa e igualitaria, plural y respetuosa y no bajo el yugo del miedo y el ostracismo, del silencio y de la sangre. Se puede luchar por los ideales de independencia, de soberanía o de los sentimientos arraigados por la fuerza de la pertenencia pero nunca con el apoyo de los pistoleros y de la violencia desmedida e irracional. Una sociedad dividida corre el riesgo y, en gran medida así ha sido, de perder de vista la premisa fundamental del respeto al otro y de que en una sociedad libre todos tenemos cabida.

No quiero terminar sin recordar a todas las víctimas del conflicto de Libia, los que lucharon por un mundo mejor, más libre e igualitario, y por aquellos otros que defendieron a su líder, aunque fuera un sanguinario y un sátrapa que impuso su deseo y su ansía de poder desmedido durante cuarenta y dos años. Estoy en contra, y he estado desde el principio en desacuerdo con esa intervención que alfombró con cadáveres gran parte de ese maravilloso país, del asesinato de Gadafi y de hacer ostentación de su muerte. Estamos ante uno más, y no el único, gobernante descerebrado, violento, caprichoso e interesado. Muchos de ellos siguen gobernando con mano de hierro y apoyados por esos gobiernos que también le dieron la mano a Gadafi y le trataron con pleitesía y permitieron sus caprichos y excentricidades. Del árbol caído es fácil hacer leña pero estamos ante un teatro falsario en el que los intérpretes son marionetas en manos de los que abanderan la mal llamada defensa del bien y de la solidaridad porque, en realidad, son partícipes de barbaries y de intereses que para nada tienen que ver con el bienestar de los seres humanos y si así no fuera que miren hacia el cuerno de África y terminen, que pueden hacerlo, con tanta desolación y abandono.

 

Explotadores y explotados. ¡ Basta ya!

| No Comments

Estamos en una sociedad en la que, entre otras, nos podemos encontrar dos clases muy diferenciadas: los explotadores y los explotados. Tanto en una como en otra clase existen múltiples subclases. Si buscamos en el diccionario podemos encontrar la diversidad de significados que tiene la palabra explotador así como la de explotado. De todas las definiciones posibles para explotador nos interesan las dos siguientes:

"Utilizar a una persona, o sus sentimientos o cualidades, en beneficio propio y de forma abusiva."

"Hacer trabajar a una persona en exceso para provecho propio"

 

Desde el punto de vista de la legalidad en las dos definiciones nos encontramos  ante un claro atentado contra los derechos fundamentales del ser humano y es por ello que ese abuso y atropello debe ser condenado. Hasta aquí todo claro pero y si se trata de la clase política y los banqueros los que han cometido esos atropellos y abusos. ¿Qué consecuencias debe tener el ponerlas en práctica? La respuesta es clara. Los culpables son los que deben asumir su culpabilidad y su deshumanizada explotación del prójimo. Este artículo sólo pretende que se dejen de poner en práctica una serie de medidas injustas que hacen que una gran parte de la sociedad se transforme en explotados, sin nada que les asista en su desamparo.

 

Se escucha, en boca de muchos políticos que no debieran serlo, que los funcionarios, en general, o los docentes en particular, por los hechos que están aconteciendo en estos momentos en parte de España o en Grecia, por poner unos ejemplos, deben asumir la rebaja de salarios o la condena a perder su puesto de trabajo. Ya hace meses los docentes españoles, y otros colectivos, vieron como sus nóminas sufrían un recorte. Se escuchaba, en boca de los políticos mencionados, que los docentes ganaban más que otros colectivos sociales. Vemos como miles de funcionarios griegos se ven en la calle, de repente y sin haber hecho nada para que esta insostenible situación se diera. No se contempla si han sido, o no, responsables en el desempeño de sus trabajos. Simplemente se trata de recortar, siempre en el lado de los más débiles, pero los culpables de la situación, de forma injusta, son los que tienen en sus manos las insensibles tijeras.

 

Todos saben el recorte que se hizo, hace ya muchos meses, de los salarios de los docentes, pongo este ejemplo por formar parte de ese colectivo. Si los altos dividendos que recibe la clase política se vieran recortados en un 25% o un 30% real. ¿Cuánto supondría para el Tesoro Público? Viendo algunos de los sueldos, la parte que ha salido a la luz, y aplicando ese porcentaje a la clase política, la situación económica, al menos algo, mejoraría y sería algo lógico porque, en gran medida, fueron ellos, con sus malas gestiones, los causantes de los graves problemas que están atravesando los municipios y el Estado. Aquí se comenzaría con una medida algo más justa con la ciudadanía porque es con su dinero, por tener la condición de público, con el que se ha jugado y el que se ha despilfarrado. Si sumamos las cantidades que perciben entidades privadas, organismos o instituciones como la Iglesia seguiríamos con el ahorro y se completaría con impuestos especiales sobre los que más ganen porque son ello los que se han beneficiado y se siguen beneficiando con las necesidades del prójimo, consiguiendo, en tiempos de crisis, auténticas gangas que hacen que sus fortunas se hagan más y más grandes. Los ejemplos los tenemos cerca, muy cerca, y vemos como gente de nuestro entorno se compran propiedades mientras otros, la inmensa mayoría, sufrimos para poder llega a fin de mes. ¿Cómo un  empresario que gana millones de euros anuales, en su declaración de la renta, pague menos que un asalariado? ¿Cómo se puede perseguir esta clase de fraudes?

 

¿Qué me dicen de la todopoderosa banca? Escuchamos y leemos los muchos hogares que hay que entregar, a los bancos, por no poder afrontar el pago de las hipotecas que se dieron con el consentimiento de profesionales que no cayeron, o en realidad eran conscientes, en la cuenta de que estaban cometiendo un delito porque estaban explotando y utilizando los sentimientos de los ciudadanos en su propio beneficio y en el de los bancos. Yo creo que ya es hora de que todos, al unísono, digamos NO a las prebendas de la banca y de los banqueros y no podemos consentir que sigan explotando a las maltrechas economías de la inmensa mayoría de los afectados.

 

Si una familia, o persona en particular, hasta el momento de la crisis había pagado, mes por mes, la hipoteca, y se pueda demostrar, deben ser los bancos los que posibiliten a los parados o a los que han visto disminuir, en exceso, sus nóminas y no puedan afrontar el pago a las entidades bancarias, los que concedan un tiempo indefinido, ajustado a cada circunstancia, o en muchos casos hasta la, no deseada, defunción de los que firmaron esas hipotecas los que afronten sus propios errores. Debe ser la banca la que asuma sus errores porque es delictivo el hecho de un préstamo sin tener el asesoramiento de un profesional en economía y no advertir la posibilidad de lo que luego sucedió. Se han concedido cantidades desorbitadas, aplicándose un interés abusivo e injusto que hace que los sentimientos de los seres humanos no se hayan tenido en cuenta y como consecuencia nos encontramos con unos dramas que condenan a la pobreza y a la desesperanza a multitud de los explotados. No se puede condenar a la calle y a la mendicidad, en multitud de casos, a aquellas familias y seres humanos que hasta el momento en que el monstruo de las carencias ha hecho su aparición fueron buenos pagadores y esa medida debe ser defendida por todas y por todos los hombres y mujeres porque es de justicia. No podemos seguir siendo víctimas, de por vida, de nuestros verdugos y de los explotadores que sólo pensaron en su propio beneficio. ¡Qué sean ellos los que paguen sus propios errores!