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Me sorprendió. Es todo lo que puedo decir.

¡No! ¡No quiero que te vayas jamás!

-Sí, es en serio.

-Bueno, está bien. -Volteó de nuevo hacia la puerta. Salió y cerró rápidamente.

¡Qué tonta soy! ¿Cómo es que pude decirle algo así? No se lo merecía. No. Sí, sí se lo merecía. Algún día él va a ser el que aplique el examen. Eso no lo sabes. No estas segura de eso. Sí, sí lo estoy. ¡Qué bueno que se fue! No, no es bueno. Ojalá se regresara el tiempo y pudiera quedarme callada. Quiero que regrese...

Se abrió la puerta casi azotándose. Él, de nuevo. Sólo azomándose.

¡¿Qué quiere?! ¡No pueden dejarme en paz unos minutos!

Iba a decir algo pero luego deslizó de nuevo la puerta y volvió a salir sin una palabra.

¡No! ¡No te vayas! ¡Quédate conmigo!

Pero ahora no volvió.

Me quedé en silencio intentando distraerme. Intenté escuhar mi inaudible respiración. Estaba triste. ¿Qué clase de persona puede ser tan desagradable como yo había sido unos minutos antes? Claro, he ahí la respuesta: yo. Él sólo quería divertirse un rato. Sólo platicar. ¿Qué hay de malo en eso?

Comencé a recordar todo por lo que había pasado. El momento cuando dejé a mi familia para "protegerlos". Claro, ahora que saben quién soy puede que les vaya a pasar lo mismo que a mí. Ojalá pudiera regresar el tiempo y cambiar las cosas. Para empezar, evitaría el momento en el que conocí a Rocko.

La tristeza hizo camino desde mi mente hasta llegar a mis ojos llenándolos de lágrimas que no pude contener. Empezaron a correr por mi cara limpiando la suciedad hasta caer al suelo con pequeños llantos silenciosos.

-¡Vamos! Sé que soy un encanto pero no es para que llores cuando me voy... -Me exhalté. ¿A qué hora entró de nuevo? Luego este pensamiento se volvió palabras.

-¡¿A qué hora entraste?! -Le dije demasiado sorprendida. ¿Cómo iba a limpiarme las lágrimas de la cara? No quería que me viera así. Bueno, limpiármelas no habría hecho mucha diferencia porque no podía evitar que siguieran cayendo. ¿Cómo retener lágrimas que se habían acumulado por un año y medio cuando ya habían encontrado el camino para salir? Aún así, intenté verme lo más indiferente posible, pero obviamente, era inútil.

-Ya sabes, cuando estabas en medio de la agonía de verme partir. -Me dijo con una sonrisa enorme, tan hermosa que esta vez no pude evitar reírme.

No te rias. No te rias.

Guardé la compostura.

-¿Necesitas algo? -Le dije.

No contestó. Sólo se me quedó viendo algo absorto.

¿Qué está viendo? Está loco. Parece que se desconectó del planeta.

¡Espera! ¿Está viendo mis labios?

¡Ja! ¡Obvio no!

¡Ya sé! Seguro me está buscando detrás de toda la tierra que hay en mi cara...

Sí, es eso.

...qué incómodo...

-¿Hola? -Intenté de nuevo esta vez moviendo mi cabeza ya que, claramente, mis manos estaban imposibilitadas.

Reaccionó (si se le puede llamar reacción...).

-¿Hmm? ¿Qué dijiste? -Ni siquiera cambió su mirada de lugar. En serio, ¿qué estaba viendo?

-Que qué necesitas...

-Ah, el Examen se va a postponer una hora. -No está moviendo su mirada.

Eso me pone nerviosa...

Esperé unos segundos. No reacciona. Volví a intentar.

-¿Algo más?

Un segundo. Dos segundos. Tres segundos. Cuatro segundos. Cinco segundos. Seis segundos... Una vez más se quedó atrapado en su mundo raro y no lo podía sacar.

-¿ALGO MÁS? -Repetí más fuerte.

-¿Hmmm? No, nada más. -Sigue viendo. ¿Qué le pasa?

-¿Entonces...?

-¿Entonces qué?

-¿Qué haces?

-Ah, nada.

-Bueno, entonces agradecería que me dejaras de ver o mínimo me explique qué ves...

Dejó de verme al instante algo apenado. Luego dijo muy acelerado:

-Ah, mmm nada. No veo nada. Lo siento. -Bajó su mirada al suelo y caminó muy rápido hacia la puerta.

Está abriendo la puerta. Está a punto de salir. Probablemente es tu última oportunidad.

-Espera. -Dije algo desesperadamente.

Volteó un poco su cabeza hacia su hombro izquierdo, todavía viendo el suelo y dijo:

-Dime. -No me imaginé que podía llenarse de seriedad por completo.

-No te vayas. -Le dije en un susurro casi inaudible. Él volteó por completo para verme. Bajé la cabeza para ver el suelo.

-¿Qué necesitas? -Me dijo con voz de hielo.

-¿Puedes quedarte conmigo un rato? -Le dije muy silenciosamente todavía viendo al suelo.

-Ahora no. -Me dijo un poco seco. Hice una pausa.

-Está bien. De todas maneras, gracias.

Luego todo quedó en silencio una vez más. Yo viendo al suelo. Luego dejó salir aire haciendo algo de ruido.

-Regreso en un rato. -Muy frio, demasiado. Salió, cerró la puerta y se fue. Esta vez pude escuchar sus pasos alejándose.

parte 4

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-Buenas terdes.- Me dijo. ¿Ya eran "tardes"? ¿Cuánto tiempo llevaba aqui? Había llegado antes del amanecer. No respondí. Continuó: -¿No quieres hablar? -Sin respuesta.- Está bien. Nadie lo hace nunca, o al menos casi nunca. Es normal. -Se me quedó viendo fijamente esperando respuesta. Mis labios estaban sellados. Probablemente aunque hubiera querido hablar no hubiera podido.

Él se paró frente a la silla. Sus manos posadas sobre su cintura, viéndome fijamente. Si no hubiera sido él el que me realizara el Examen, probablemente me hubiera derretido en sus hermosos ojos, pero no. Él era el que me iba a condenar. ¿Cuántas personas habrían visto estos hermosos ojos antes que yo? Seguro miles, pero les era imposible regresar, estaban muertas.

Y luego lo más inesperado:

-¡Qué bonito cabello! ¿Qué shampoo usas?

-¡¿QUÉ?! -Al parecer sí podía hablar. No pude evitar que las palabras salieran de mi boca tan abruptamentre, de hecho, creo haber percibido un ligero salto hacia atrás. ¡Ja! ¿Logré asustar al endemoniado angel?

-¡Ah! Entonces si hablas... -El tono sarcástico de su voz me irritó un poco, pero me quedé callada.¡Qué hermosa sonrisa tenía! Encantadora. Continuó:

-Mmm... la verdad es que no me gusta que la gente se haga del rogar. Si vas a hablar, bien. Si no vas a decir nada, igual.

Su enojo me encantó. No pude evitar sonreir y por primera vez en este cuarto con él dije algo por iniciativa propia_

-¡Ah! Entonces no tienes tan buen humor como aparentas...

Tuve que hacer un esfuerzo monumental por no reirme porque su cara delató que era la última respuesta que esperaba. Punto para mí. Después sonreí y su perpleja mirada se relajó. También sonrió.

-En fin, -continué - ¿Me vas a hacer el Examen o no? La verdad es que, si me van a matar, que sea lo más rápido posible. A demás, sus múltiples interrogatorios ya me aburrieron y estoy algo harta.

De nuevo su mirada se tornó algo perpleja. Esta vez a su perplejidad se le unió la seria línea que formaron sus labios. Unos segundo después me habló:

-Hablas de la muerte como si fuera cualquier cosa, algo sin importancia.

-¿Y eso te sorprende? Ustedes castigan a la gente ejecutándola como si la muerte fuera cualquier cosa. -Esta vez se notó en mi voz que estaba alterada.

-¿Nosotros?

-Sí, ¡ustedes!

-¿Yo?

¿Qué? ¿Eso a qué viene en esto?

-Sí, tú y el resto de los del gobierno.

-¿Ah, si?

-Sí.

Punto. Ya no había nada que discutir. Al menos yo ya no tenía nada que decir. Luego él dijo:

-Ah, ¿y si te digo que yo no trabajo en el gobierno?

-Ah, ¡entonces... -¿Qué dijo? ¿Que no trabaja en el gobierno? No, no dijo eso. Sí. Sí lo dijo. -¿Qué? ¿Sé supone que te creo? Vas a matarme pero no trabajas para el gobierno. ¡Claro! -Intenté controlar mi sorpresa y sonar sarcástica al mismo tiempo, y creo que sí lo logré o al menos él fingió que mi voz habló como yo esperaba porque contestó:

-No...-Lo dijo confundido y eso era un problema porque ahora yo era la que estaba confundida. Me confunde no saber qué es lo que lo confunde a él. Siguió.- No trabajo para el gobierno, ni te voy a matar, ni nada.

-¿No? -Ahora estaba más que confundida.

-No. Yo sólo estoy aquí estudiando tu caso.

¿Qué? ¿Qué pasaba? No tenía sentido todo eso. ¿Y el doctor? Había muchas cosas en mi mente ahora, pero como si fuera un milagro logré articular algunas sílabas:

-¿No vas a hacer el examen ni nada? - Eso fue más afirmación que pregunta pero necesitaba ordenar mis ideas.- ¿Qué haces aquí entonces?

-¿Cómo que qué hago? -Me miró como si me estuviera volviendo loca. -Estoy platicando contigo...

-¡Eso ya lo sé! Pero, la pregunta es ¿por qué?

-¿Cómo que por qué? Estaba aburrido, y tu tampoco te veías muy divertida que digamos, o ¿sí lo estabas?

Ah, entonces esa hermosa gárgola no era una gárgola después de todo. Sólo era alguien intentando pasar un rato. Alguien que no iba a dañarme. Alguien que probablemente estaba haciendo que mis últimas horas o incluso minutos de vida no fueran increiblemente tediosos. Alguien bien parecido (guapo), con buen sentido del humor, y aparentemente inteligente dado que lo que sea a lo que se fuera a dedicar en un futuro, sería complicado ya que estudiaba dentro de los lugares más secretos del gobierno. Era la única persona que había conocido hasta el momento, que no era parte del gobierno, que era completamente capaz de entrar y salir de este horrible infierno cuando gustara, y con vida. Sentido del humor + inteligencia + belleza = (casi) el hombre perfecto. Mínimo para mí.

Sí, mientras pensaba en todo esto me di cuenta que me encantaba. Aún así, mi orgullo no podía romperse esta vez sin mínimo dar una batalla. A fin de cuentas, al parecer mi corazón o mi mente, lo que sea, ya habían sido sometidos a sus encantos:

-La verdad es que no te necesitaba para entretenerme.

Sonrió.

-Ah, ¿no? -Otra vez su adorable tono de sarcasmo.

¿"Adorable"? ¿Qué me pasa? Yo no soy así... el amor es un mito urbano en esta sociedad deplorable.

-No.

-De acuerdo, entonces supongo que puedo buscar algo con qué quitarme el aburrimiento allá afuera...

Se dio la vuelta lentamente. ¡Qué ingenuo! Seguro estaba esperando a que yo le dijera algo. Comenzó a caminar con pasos lentos hacia la puerta.

Calla. No digas nada. Tu orgullo puede más que todo. No puedes perder así.

Cinco pasos para llegar a la puerta.

Cuatro.

Tres.

Dos.

Uno.

Comenzó a empujar la puerta para deslizarla. Y yo, ya me estaba arrepintiendo. Adíos, am.... No. Adiós, espantoso futuro doctor. Nadie te quiere en esta habitación.

Vete antes de que me arrepienta más y te pida que te quedes.

Luego, súbitamente se volteó y dijo algo que podría considerarse casi un grito perplejo:

-¿Es en serio que quieres que me vaya?

hola

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hola!

solo post-eo porq no quiero q nos cierren el blog haha pero por el momento no tengo mucho q decirles (como simepre buuu!) solo les recomiendo a todos que se metan a www.fmylife.com esta demasiado chistoso y que intenten hacer este quiz http://www.notdoppler.com/theimpossiblequiz.php esta muy random y chistoso haha y ya les dije q deberian hacerse una cuenta en www.stumbleupon.com ? haha pues deberian tambn esta muy cool y random hahaha :) y la neta no se me ocurre otra cosa aparte de q si son medio geeks como yo y no tienen World of Warcraft son unos losers en el mundo geek hahahahaha #demasiadobueno!

y quiero hacer una nota especial: uuuuuu q lune perdio su cel por segunda vez EN SU COCHE! y esta teniendo sindrome de abstinecia por falta de twitter hahahaha minimo yo pierdo mis celulares originalmente (uno se me callo del superman - estuvo buenisimo - y otro se me callo del bolsillo en el cine y cuando regrese se lo habian robado :( hahaha q triste)

 

Darquesse

 

Pd: sabian q la foto de perfil del ojo... es mi ojo? hahahaha un dato curioso nada mas hahaha

Cuando empezaba a sentir que ese silencio abismal me estaba volviendo loca sentí de nuevo la presión que las manos de los guardias de seguridad hacían en mis brazos. En ese momento, a pesar del dolor, fue una bendición porque un segundo más en silencio total hubiera desatado la crisis de histeria más grande de la historia en mi persona. Llevaba un día entero sin comer; no había descansado en una semana debido a la preocupación de cuándo vendrían por mí porque es cuestión de tiempo que te encuentren (no sé cómo se enteran de cada crimen en esta ciudad por más que la gente intente disimularlo); y no había visto a mi familia ni amigos, o los que quedaban de ellos, en más de un mes. Un mes intentando esconderte podía desatar un infierno dentro de ti. Sólo te llenas de emociones estresantes que si salen es seguro que delatarán tu paradero.

En fin, gracias al cielo (si es que hay uno) me sacaron de esa sala antes de que todo esto saliera, lo cual hubiera sido malo aunque ya me hubieran atrapado. Los guardias volvieron a sacarme de la sala pero esta vez yo ya no tenía las más mínimas ganas de cooperar. Me llevaron arrastrando los pies por el mismo pasillo por el que habíamos caminado para entrar a la sala con los ministros y el juez. No sé cuánto tiempo me llevaron. Pudieron haber sido solo unos segundos o días, la verdad es que no estaba poniendo atención. Sólo pensaba en que lo más seguro era que me quedaran máximo dos horas de vida. Sólo tendría el tiempo que tardaran en salir los resultados del Examen de Realidad porque mientras me realizaran los estudios seguramente arreglarían los preparativos para mi muerte. Seguro sería algo tan humillante como solian ser las ejecuciones.

Después de no sé cuanto tiempo de avanzar por el pasillo, nos detuvimos frente a una puerta de cristal opaco. La abrió uno de los guardias y entramos. Yo seguía sin intenciones de cooperar así que uno me tomó de los hombros como si no pesara nada y me sentó en una silla negra bastante grande pero no me soltó por si intentaba escapar. El otro puso mis antebrazos uno en cada posabrazos de la silla y los detuvo con una cinta que cerró con una clase de candado que sólo se abría cuando el lector de huellas digitales detectaba que la persona que autorizaba era alguno de los científicos que aplicaban la prueba. Después realizaron lo mismo con mis piernas y salieron de la sala.

Me quedé sóla lo que parecían años. Cambié de opiniión a lo que anteriormente había dicho en la sála: ¿Qué nadie podía compadecerse de mí y en vez de hacerme sufrir con todo este procedimiento me mataban directamente? Finalmente una puerta de la que no me había percatado se abrió frente a mí. De ella salió un hombre de no más de 30 años. Sus ojos eran verdes, muy profundos y dulces, tanto que pudieron haber sido de un ángel. Su obscuro cabello se acomodaba perfectamente en ondas quebradizas. Era bastante atractivo, lástima que traía la bata de doctor que me indicó que él sería el que confirmaría que yo era culpable. Se rompió el encanto. Nadie podía ser tan perfecto.

Al terminar de hablar el juez, los ministros se me quedaron viendo fijamente. Odio esa clase de miradas profundas, llenas de vacío. Sin sentimientos. Sin la más mínima expresión. Y el silencio, tan agudo que sentía que perforaba todo mi ser. Era absoluto. No se escuchaba ni el zumbido de una mosca que volara. Claro, sería una mosca loca porque ningún ser vivo que no perteneciera al gobierno, estaba lo suficientemente loco como para presentarse en este edificio por voluntad propia. Si venías era porque habías hecho algo mal. Nadie se atrevía a venir por otra razón porque aquí, antes de entrar, te hacían el más minuncioso estudio. Si encontraban que habías hecho algo mál, significaba un castigo.

Si tenías bajas calificaciones, no eras "servible" para la comunidad y eras ejecutado. Si no sabías nadar, podrías "morir durante un accidente mientras pescas" (sí, aunque nunca fueras de pesca), entonces para evitartelo, eras ejecutado. El punto es que buscaban cualquier escusa para deshacerse de los "elementos que estorban" en esta comunidad, y, en pocas palabras, nadie era un "elemento perfecto" como ellos buscaban. El gobierno pensaba en un mundo utópico. Levaban años buscando a la persona perfecta. Ni ellos lo eran, pero claro, eran corruptos, y así podían fingir que eran toda perfección.

Nadie se paraba en este edificio por voluntad propia a causa de no ser perfecto.

Hola, el otro día tuve un sueño bastante raro jaja y me pareció que era una buena idea como para comenzar un cuento o algo entonces chequen, a ver que les parece. Obvio no esta todo el cuento aquí, no he escrito casi nada...

Sabía perfectamente lo que había hecho pero no podía darme los lujos en ese momento de admitirlo:

-¡¿Qué hice?!-Sin respuesta.-¡Díganme qué hice! ¡Soy inocente! -Obvio no me creyeron. Y aunque lo hubieran hecho no podían hacer nada al respecto. Al igual que yo, no tenían poder ante el gobierno. Aún así, parecía que les gritaba "¡Soy culpable!" porque cada vez que abría la boca para decir algo en mi defensa, la presión de sus manos en mi brazo aumentaba. Mi preocupación crecía conforme la enorme puerta negra frente a mí se acercaba. Mi corazón latía rápidamente, pero creo que no tanto como nuestros pasos.

Ya me hallaba frente a la puerta.

-¡No! ¡Por favor!- Pero no había manera de ganar. No encontraría una sóla alma en mil kilómetros a la redonda que pudiera ayudarme. Las puertas dobles se abrieron haciendo eco en la enorme sala llena de ministros y el que era en ese momento mi verdugo, el juez.

-Zoila Sandrina,-...y empieza el veredicto- se le acusa de haber efectuado el asesinato de Rocko Bastillo el pasado 29 de Febrero del 3597 a las 23:14 horas en el Callejón Diábolo. ¿Cómo se declara?

-Inocente, su señoría.

-Señorita, usted no entiende... Estamos seguros de que es culpable; que el delito fue cometido por usted. Preguntarle cómo se declara es parte del procedimiento de condena, así que ahorremos energía y tiempo y diga la verdad, por favor.

-Ya le he dicho, su señoría, y lo reconfirmo: Inocente.

-¡Señorita, no tengo su tiempo ni la paciencia para sus caprichos!

-¡Y yo no tengo deseos de exponerme a su rudimentario sistema de seguridad!

Después de una larga pausa responde:

-Bueno, ya que no planea cooperar le haremos un Examen de Realidad. A pesar de ser tardado, seguro nos tomará menos tiempo que converncerla de que diga la verdad.

Ahí es cuando perdí la esperazna por completo. No existe otra posibilidad  de salvación después del veredicto de la prueba. Es incuestrionable. No puedes huír después de que esa prueba indica que eres culpable. Es incuestionable. No puedes huír después de ésta si resultas culpable.

El Examen de Realidad había sido resultado de un experimento fallido. Originalmente, se estaba intentando detectar los restos olvidados de un recuerdo a travez de los nervios del ojo para llegar a una parte del cerebro. Supuestamente, ahí, por medio de los neurotransmisores llegarían al hipocampo una serie de descargas eléctricas que regresarían formando patrones que cuando los interpretaron se entendería de qué trataba el resto del recuerdo. Al final, a la hora de probarlo, no funcionó. En cambio, vieron que las descargas afectaban otra parte del cerebro. Deshabilitaban tu conciente y sólo funcionaba tu subconciente. Es así como consiguen lo que quieren. Te desprenden de tu voluntad para poder interrogar a tus pensamientos. Ya ninguna información o movimiento o nada, salen de tu boca o cuerpo sin decir nada más que la verdad. Sólo te comunicas con "Información Pura", como ellos dicen. Todo se vuelve completamente objetivo. Es inútil intentar mentir. Imposible.

Y ahora, yo estaba a pocos segundos de que me la realizaran. Todo estaba perdido. Después de que salieran los resultados me iban a esposar y posiblemente, aunque no probable ya que aceptaría mi delito al instante, me iban a dar una descarga eléctrica que me haría perder la conciencia por un rato. Cuando despertara, solo sería cuestión de esperar a que vinieran de nuevo por mí a la celda que me hubieran asignado. Me recogerían y me llevarían a mi muerte. 

 

Todos en el país se quejan acerca de la obesidad. "Somos el país número uno en obesidad! No es posible!" pero pocos hacen algo al respecto. Me incluyo en esto a veces. Estoy de acuerdo, es mucho más fácil simplemente quejarte y aparentar que te preocupa. Es mucho más cómodo que  intentar resolver el problema.

Creo que es hora de que todos nos pongamos las pilas porque la verdad es bastante triste (por no decir desagradable) que vas caminando por la calle y de repente volteas y hay un niñito al que le doblas la edad o estatura (no se trata de edad, pero ojala explique mi punto) pero que él o ella te dobla el tamaño. Patético, simplemente patético. O sea hay que ponernos a pensar en eso...

Yo soy una adicta a la comida. O sea mi pasatiempo podría ser comer, y a veces parece que sí lo es, pero creo que hay que controlar esos antojos. Lo sé, no es tan fácil... supuestamente estoy a dieta pero sé que no voy a dejar de comer galletas Marías con mermelada (es lo mejor del mundo, inténtenlo jajaja)porque no es la solución dejar de comer sino comer con moderación. Todos podemos darnos el gusto en algun momento. Tener antojos. Pero el punto es que lo "botanees" no que te alimentes de eso!

Hay algo que siempre me frustra bastante, y es que a veces a la hora de la comida estás en la mesa y el 99.99% de las veces tienes la oportunidad de comer saludable porque hay verduras, frutas, cereales, carnes, no sé! El punto es que tienes la oportunidad de comer balanceado, pero hay gente que teniendo esta oportunidad, simplemente se va por las harinas y por las grasas. Puede que les guste pero por qué no aparte comer otra cosa que sí sea saludable??? ESE ES MI PUNTO!!!!

Muchas veces me pasa que veo que alguien sirve, por ejemplo, arroz y luego come tres tortillas (a mano, o sea, doble porcion de harinas cada una). Una vez decidí decirle a esa persona: "Ahí estas comiendo como 8 porciones de harinas" y bien, me contestó "No todos estamos a dieta" O sea, eso qué? A mi me vale si quiere bajar de peso o no. No se lo dije porque tenga que bajar de peso, sino porque puede que sus tortillitas tarde o temprano le traigan problemitas a su saludsita... Es por tí que vas a comer bien, por tí y nadie más. 

Y lo típico: cuando alguien está comiendo donas de chocolate y quejándose de que está gordo/a. O sea, por lo menos sincronizen lo que dicen con lo que hacen dios mío! No puedes estar quejándote de la obesidad cuando eres una persona de ciento y quien sabe cuantos kilos (por dar un ejemplo) que no esta haciendo nada al respecto por combatirla.

México, es triste que volteas y ves a alguien obeso en cada esquina. Hagamos algo! Caminar, correr, saltar, si quieren solo jugar policías y ladrones, pero intentemos algo! Mínimo cambiar los hábitos alimenticios. Sería bastante triste que los infartos infantiles se conviertan en algo común en un futuro...

Piénsenlo... es posible vivir mejor.

balloon animal

8 rules for dating my daughter

                Copyright 1999 W. Bruce Cameron
                ==> Please do NOT remove the copyright from this essay! <==

                When I was in high school I used to be terrified of my girlfriend's
                father, who I believe suspected me of wanting to place my hands on
                his daughter's chest. He would open the door and immediately
                affect a good-naturedly murderous expression, holding out a hand
                that, when gripped, felt like it could squeeze carbon into diamonds.

                Now, years later, it is my turn to be the dad. Remembering how
                unfairly persecuted I felt when I would pick up my dates, I do my
                best to make my daughter's suitors feel even worse. My motto: wilt
                them in the living room and they'll stay wilted all night.

                "So," I'll call out jovially. "I see you have your nose pierced. Is that
                because you're stupid, or did you merely want to APPEAR stupid?"

                As a dad, I have some basic rules, which I have carved into two
                stone tablets that I have on display in my living room.

                Rule One: If you pull into my driveway and honk you'd better be
                delivering a package, because you're sure as heck not picking
                anything up.

                Rule Two: You do not touch my daughter in front of me. You may
                glance at her, so long as you do not peer at anything below her
                neck. If you cannot keep your eyes or hands off of my daughter's
                body, I will remove them.

                Rule Three: I am aware that it is considered fashionable for boys of
                your age to wear their trousers so loosely that they appear to be
                falling off their hips. Please don't take this as an insult, but you and
                all of your friends are complete idiots. Still, I want to be fair and
                open minded about this issue, so I propose this compromise: You
                may come to the door with your underwear showing and your pants
                ten sizes too big, and I will not object. However, In order to assure
                that your clothes do not, in fact, come off during the course of your
                date with my daughter, I will take my electric staple gun and fasten
                your trousers securely in place around your waist.

                Rule Four: I'm sure you've been told that in today's world, sex
                without utilizing a "barrier method" of some kind can kill you. Let me
                elaborate: when it comes to sex, I am the barrier, and I WILL kill
                you.

                Rule Five: In order for us to get to know each other, we should talk
                about sports, politics, and other issues of the day. Please do not do
                this. The only information I require from you is an indication of when
                you expect to have my daughter safely back at my house, and the
                only word I need from you on this subject is "early."

                Rule Six: I have no doubt you are a popular fellow, with many
                opportunities to date other girls. This is fine with me as long as it is
                okay with my daughter. Otherwise, once you have gone out with my
                little girl, you will continue to date no one but her until she is finished
                with you. If you make her cry, I will make YOU cry.

                Rule Seven: As you stand in my front hallway, waiting for my
                daughter to appear, and more than an hour goes by, do not sigh and
                fidget. If you want to be on time for the movie, you should not be
                dating. My daughter is putting on her makeup, a process which can
                take longer than painting the Golden Gate Bridge. Instead of just
                standing there, why don't you do something useful, like changing the
                oil in my car?

                Rule Eight: The following places are not appropriate for a date with
                my daughter: Places where there are beds, sofas, or anything softer
                than a wooden stool. Places where there are no parents, policemen,
                or nuns within eyesight. Places where there is darkness. Places
                where there is dancing, holding hands, or happiness. Places where
                the ambient temperature is warm enough to induce my daughter to
                wear shorts, tank tops, midriff T-shirts, or anything other than
                overalls, a sweater, and a goose down parka zipped up to her
                adam's apple. Movies with a strong romantic or sexual theme are to
                be avoided; movies which feature chainsaws are okay. Hockey
                games are okay.

                My daughter claims it embarrasses her to come downstairs and find
                me attempting to get her date to recite these eight simple rules from
                memory. I'd be embarrassed too-there are only eight of them, for
                crying out loud! And, for the record, I did NOT suggest to one of
                these cretins that I'd have these rules tattooed on his arm if he
                couldn't remember them. (I checked into it and the cost is
                prohibitive.) I merely told him that I thought writing the rules on his
                arm with a ball point might be inadequate-ink washes off-and that
                my wood burning set was probably a better alternative.

                One time, when my wife caught me having one of my daughter's
                would-be suitors practice pulling into the driveway, get out of the
                car, and go up to knock on the front door (he had violated rule
                number one, so I figured he needed to run through the drill a few
                dozen times) she asked me why I was being so hard on the boy.
                "Don't you remember being that age?" she challenged.

                Of course I remember. Why do you think I came up with the eight
                simple rules?

                +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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Gracias a Dios mi papá no es así! hahaha